A Elena Popovici le apasiona lo que hace.
Es cofundadora y codirectora de Bilbao Slush’D, un evento apodado el Tomorrowland de las startups. Mucho más que una conferencia al uso: una experiencia inmersiva que reúne a referentes del ecosistema emprendedor para fomentar conexiones auténticas dentro de la comunidad.
Antes de lanzarse a su propio proyecto, pasó años asesorando a fundadores y fundadoras de startups. Y lo que descubrió sobre los rasgos y errores más comunes podría sorprenderte.
¿Hay que amar tu trabajo?
En su famoso discurso en Stanford, Steve Jobs dijo: «La única manera de hacer un gran trabajo es amar lo que haces».
En parte, tenía razón: las personas trabajadoras felices son un 13% más productivas. Pero esta expectativa de “amor” también puede volverse contraproducente.
Casarse con el trabajo
La duración media en un empleo es cada vez menor y el 83% de la Generación Z se define como job hopper (cambia de trabajo con frecuencia). Tal vez ya no estamos dispuestos a aguantar ciertas cosas, y eso no es necesariamente malo. O quizá buscamos esa conexión perfecta: un empleo que nos enamore por completo.
El problema es que esta expectativa tan elevada puede paralizar a la gente joven, que aún no tiene claras sus fortalezas y pasiones, pero que al mismo tiempo ve el trabajo como parte de su identidad (97% de la Gen Z). El listón está peligrosamente alto.
En generaciones anteriores, el “amor” al trabajo también se sobredimensionaba. Se hablaba de personas “casadas con la empresa” o de equipos como “familias”. Solo recientemente la cultura laboral ha empezado a alejarse de este lenguaje excesivamente íntimo (y, a veces, tóxico).
La gente exitosa “no ama todo lo que hace”
Marcus Buckingham, autor de Love and Work, propone redefinir qué significa amar tu trabajo. Cree que es clave para el éxito profesional, pero no en el sentido literal.
La gente altamente exitosa… no ama todo lo que hace, pero sí encuentra amor en lo que hace. Hay una frecuencia y una cotidianidad en encontrar ese amor en tu trabajo.
En otras palabras, no se trata de buscar la pieza perfecta, sino de identificar elementos que te gusten en diferentes tareas: propósito, desarrollo, personas… Igual que en la vida, muchas veces el amor se encuentra en los pequeños detalles.
3 claves para que los inversores se enamoren de tu empresa
Pol Karaso Rius no tiene miedo a romper esquemas. Ingeniero aeronáutico convertido en emprendedor, cofundó Boxmotions para revolucionar el sector del almacenamiento. Ahora lidera Ealyx, con soluciones de pago innovadoras para el retail y un modelo que lucha contra el consumo “usar y tirar”.
1️⃣ Trátalos como socios, no como un cajero automático.
Comprende de verdad sus objetivos (incluyendo cómo planean salir de la inversión) y, si no hay alineación, es mejor seguir buscando.
2️⃣ Genera un poco de FOMO, pero sin vender humo.
La expectativa vacía, sin resultados que la respalden, no sirve de nada.
3️⃣ Ya tienes la pasión, así que trabaja tu historia.
Necesitas contarla de forma que destaque entre el ruido de mil pitches más.